La organización de la imperio inca
se sostuvo en criterios religiosos y las facultades de los gobernantes tenían
carácter sagrado. De ahí que los relatos míticos sobre el origen y expansión
del Tahuantinsuyo involucren la participación de los dioses y personajes favorecidos
por estos. Las leyendas más conocidas recogidas por los cronistas son las de
los hermanos Áyar y la de Manco Cápac y Mama
Ocllo.
a. La leyenda de Manco Cápac y Mama Ocllo
Según este relato, de la cueva de Tampu Tocco, en el cerro de Pacaritambo, salieron cuatro parejas: Ayar Cachi con Mama Huaco, Ayar Uchu con Mama Cora, Ayar Auca con Ragua Ocllo, y Ayar Manco con Mama Ocllo. Los ocho iniciaron un largo recorrido en busca de un lugar donde establecerse. De todos los hermanos, Ayar Cachi era el más poderoso, una especie de brujo. Sus hermanos le tenían envidia y, valiéndose de engaños, lo encerraron en Tampu Tocco. Aun así, Ayar Cachi volvió a aparecérseles como ave y se convirtió en su protector. Posteriormente, Ayar Uchu se convirtió en piedra en el cerro Huanacahure y a Ayar Auca le sucedió lo mismo en el Inticancha. Finalmente, Ayar Manco, acompañado de sus hermanas y esposas, fundó el Cusco.
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